Intercambios en El Salvador: Fuimos a ver para Aprender

Publicado: 31 de julio del 2022

Mis compañeras y yo, parte del equipo del proyecto Salvaguarda, hicimos maletas para catorce días en El Salvador. El viaje estaba planeado desde noviembre de 2021 cuando acordamos las fechas y las intenciones del intercambio de experiencias entre organizaciones de la sociedad civil apoyadas por la cooperación de Austria en Salvador: Horizont3000, DKA y la Agencia para el Desarrollo del Gobierno de Austria y nosotros de Conciudadanía (que también somos financiados por estas agencias). Se trataba de ir a ver para conocer e identificar posibilidades de réplica de tecnologías y metodologías suyas en nuestro proyecto Salvaguarda que es financiado por la Unión Europea en Colombia.

Un colombiano en El Salvador

Es el viaje más al norte en América que he emprendido; por desconocimiento me había imaginado a El Salvador como Costa Rica pleno en vegetación, como las selvas húmedas nuestras del Chocó en el Pacífico.  Pero no acerté, sucede que el territorio de El Salvador hace parte del Corredor Seco Centroamericano1 el cual incluye porciones de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua que a su vez hace parte de un bosque seco tropical más grande que inicia en Chiapas (México) y va hasta Costa Rica.  Comprendo ahora que se trata de un doble significado: el climático porque en este corredor seco se expresan ya con fuerza los efectos del desorden del clima, y el biológico, porque se trata de ecosistemas secos. Una de las características de este Corredor Seco es que la sequía es cíclica y dura cerca de dos meses.

Nosotros llegamos en plena sequía, a mitad de ella, finalizando el mes de marzo de 2022.  Nos tardamos días en ver agua corriendo sobre los cauces naturales que aparecían secos y empedrados: “son quebradas de invierno, en esta temporada están secas; se necesita que llueva y se recargue el acuífero para que vuelvan a fluir. Antes de la deforestación no habían tantas porque los suelos retenían (regulaban) mejor el agua; ahora es más difícil porque los suelos se han endurecido y las aguas se escurren y no alcanzan a recargar a los acuíferos”.  Las montañas de altura mediana que miran hacia el Pacífico, inferior a 2000 msnm en su mayoría, caracterizan microcuencas cortas que tampoco favorece la recarga de las aguas subterráneas.

También llegamos el día en que el Congreso de El Salvador a pedido del presidente Nayib Bukele decretó el estado de excepción en el país por un mes, luego de un día de violencia entre las bandas criminales (Maras) por fuera del promedio. Nuestros amigos de Fundesyram (Fundación para el Desarrollo Socioeconómico y Restauración Ambiental) que nos recibieron en el municipio de Apaneca rápidamente ajustaron las agendas de la visita evitando las zonas rurales con mayor conflictividad. Nos sentimos seguros con ellos y nos dispusimos al recorrido.

Captación de Agua y Biojardineras – Aprendiendo sobre la gestión comunitaria del agua

En el municipio de San Pedro Puxtla (cantones (“corregimientos”) Cortés y Guachipilín) conocimos las experiencias de la gestión comunitaria del agua de comunidades (veredas) que reciben agua de acueducto cada 6 días durante 4 horas, lo que les obliga a almacenar y cargar agua de pozos comunales cuando se acaba. Esto es responsabilidad de las mujeres y menores de edad. Las viviendas que no están conectadas dependen enteramente de pozos comunitarios. Allá comprendimos la pertinencia de los filtros domiciliarios para tratar el agua para el consumo humano proveniente de los pozos, las cosechas de agua en los techos de las casas y almacenada en tanques de mil litros, las biojardineras (un sistema en un barril sembrado con plantas de humedales para tratar aguas residuales de la cocina y la lavada de ropa, que permite reutilizar el agua en la huerta).  Me inquietó que las mujeres se bañaran a cocadas en el pozo comunitario a ojos de los vecinos y que fueran vulnerables a violencias, recordé que los hombres de mi infancia me enseñaron a mirar con morbo esta escena rural.

Como es inevitable la comparación, y de eso se trataba la visita, comentamos entre mis compañeras y yo la riqueza de nuestras grandes montañas que nos ofrecen agua por gravedad durante todo el año, todo el día en condiciones de cantidad y calidad en la mayoría de los municipios donde trabaja Salvaguarda; lamentamos que muchas familias rurales en Colombia sufren situaciones parecidas en ecosistemas secos, en sequías y otras dificultades donde el agua abunda pero no es apta para el consumo humano. Hablamos del lugar de privilegio que tenemos y lo esquiva que es la concientización sobre el cambio climático en nuestro paraíso verde.

En el municipio de Tacuba – en la zona urbana porque no fue posible salir a comunidad – conocimos el trabajo de FUNDESYRAM con las mujeres y discutimos sobre el rol de ellas en la gestión del agua y el ambiente. El rol de las mujeres de ir por el agua al pozo comunitario aumenta sus jornadas de trabajo, su vulnerabilidad; por eso las cosechas de agua y las biojardineras les ahorra trabajo y tiempo y los filtros son muy útiles en las cocinas; esto explica la aceptación de estas tecnologías por parte de ellas y lo acertado de la estrategia con enfoque de género.  Me encantó encontrar caminos para una pregunta que tengo: ¿Cómo debería funcionar el pago por servicios ambientales para las mujeres rurales? Se necesita medir más para poder planear, responderse preguntas como: ¿Cuál es el aporte a creación de biodiversidad de cuatro metros cuadrados de jardín con presencia de plantas tales y tales? ¿Cuánto es el tiempo y el costo de lo dedicado por las mujeres a la huerta, cuanto es el aporte a la alimentación sana de los productos de la huerta? ¿Cuál es el tiempo y el costo de lo realizado por ellas en materia de separación y manejo de residuos sólidos en la casa, cuántos los volúmenes?  Me queda claro: si lo medimos podemos planear su compensación.

En medio de la sequedad la naturaleza reserva santuarios para la vida. Por las rutas rurales que rondan la Reserva de la Biosfera Apaneca-Ilamatepec “entre volcanes, bosques y cafetales” escuché en palabras de los anfitriones de Fundesyram la transformación de los cafetales de sombra a la crisis de las cafetaleras actuales: la juventud no ha querido hacerse cargo de las fincas, el aumento de la venta de tierra rural para la construcción de vivienda de ocio y segunda residencia. Las características ambientales y de los cafetales de sombra, la relación de la naturaleza con la comunidad, la construcción social de paisaje natural, ha sido reconocida por Unesco y tiene un plan de desarrollo territorial para su gestión.  Aunque ha sido difícil la gestión del plan, existe un comité interinstitucional que lo gestiona y lo lidera; es la primera instancia de participación que conozco para un área protegida, nosotros la tenemos para la cuenca, el consejo de cuenca, pero no para un área protegida.

El Derecho Humano al Agua – Aprendiendo sobre empoderamiento ciudadano

Dejamos el noroccidente del país para ir a Suchitoto en el nororiente, estábamos advertidos de “la calor”. Nos recibieron en la Casa de Las Mujeres de Suchitoto que alberga a cuatro organizaciones municipales de mujeres, entre ellas La colectiva Feminista que fueron nuestras queridas anfitrionas. La casa fue un antiguo hospital que sufrió los horrores de la guerra civil y fue donado a las mujeres de Suchitoto por el Gobierno Nacional cuando la ministra de salud era una mujer.

Nos presentaron las estrategias de trabajo de las mujeres en Suchitoto y otros municipios vecinos. Resaltaré la que más nos llamó la atención: las consultas populares por el Derecho Humano al Agua.  Además de las temporadas de sequía, estos territorios están bajo la presión de empresas multinacionales que pretenden establecer granjas de miles pollos y cerdos que requieren de agua que esperan extraer de los pozos profundos en competencia con las demandas locales.

La primera consulta popular tuvo un alcance pedagógico, es decir no vinculante, y fue realizada en el periodo 2015 – 2017. Para La Colectiva Feminista y en general los interesados en impulsarla, implicó dedicarse a estudiar temas desconocidos hasta el momento (mecanismos de participación, política de participación, mecánica electoral); establecer una comisión electoral (alcaldía, liderezas); gestionar el respaldo de la organización electoral; definir los mecanismos de elección y observación; también implicó conocer sobre la elaboración de ordenanzas locales (acuerdos). Fue necesario hacer una campaña política con todos sus componentes: material pedagógico, actividades de formación con las comunidades, un foro municipal con invitados del nivel nacional que fue muy importante para legitimar el proceso.

En 2019 se repitió el ejercicio de la consulta popular buscando que lograra ser vinculante y retomando varias lecciones. En esta nueva fas reforzaron las estrategias: se realizaron más jornadas de pedagogía, mapeo de nuevos actores, radio comunitaria, medios digitales, medios nacionales, llevaron la campaña a las escuelas.  Se realizó una consulta estudiantil simbólica y no vinculante que llamaron el CHIQUIDUI (DUI documento de identidad) para promover el ejercicio de la ciudadanía en los niños y niñas. Realizaron más foros, asambleas, cuñas radiales, stand con información en sitios públicos, perifoneo, campaña casa a casa. Se obtuvieron 4915 votos y la consulta fue vinculante.

Comprendimos en este ejercicio la importancia de los ejercicios prácticos de construcción de ciudadanía política y el empoderamiento ciudadano; el saldo pedagógico en materia de conocimiento sobre el contexto local, las amenazas externas sobre el patrimonio hídrico, las competencias de los gobiernos y su responsabilidad con el agua.  Nos sorprendimos con el grado de conciencia que tienen las personas sobre la ubicación de las zonas de recarga hídrica, su papel en el abastecimiento de las aguas subterráneas y sistemas de captación en pozos, la necesidad su defensa, cuidado y protección (de la agroindustria, del fuego en temporada de sequía).

Considerando las diferencias geográficas, ambientales, comunitarias, institucionales, aunque sorprendidos por nuestras similitudes latinoamericanas, llegamos a Colombia llenos de reflexiones sobre lo que podríamos replicar en Conciudadanía. Las buenas prácticas de nuestr@s herman@s de El Salvador nos inspiran a nuevas formas de hacer las cosas.

Lea el informe completo sobre la visita de intercambio aquí.

Nelson Restrepo

Nelson Restrepo

Nelson Enrique Restrepo Ramírez was born into a peasant family in Antioquia, Colombia. Since 2006 he has been working for Corporación Conciudadanía, where he is a partner and coordinator of environmental projects. Documentary film director at the Ateliers Varan Paris 2002; sociologist at the University of Antioquia 2004; Master in Planning and Management of Territorial and Local Development at the University of Seville 2014. Author of the book ‘Provincia del Oriente: Territorio en Construcción’ and columnist for confluencia.org.

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