Papua Nueva Guinea – El final o el comienzo?

Publicado: 21 de septiembre, 2020

Un ensayo personal de una repatriada

Estoy montando en tren a través del paisaje de los hermosos alpes austríacos. Verde exuberante, lagos azules, temperaturas agradables. Desde hace tres meses estoy de vuelta “en casa” y todavía me pongo triste, cuando Papua me viene a la mente. Decido usar el tiempo de mi viaje en tren para poner mis pensamientos sobre papel con una plazo límite claro: Mi llegada a Viena. Se podría contar horas y horas sobre Papua Nueva Guinea y nunca sería suficiente para hacer comprensible este país. El tiempo se está agotando y empiezo mi historia que comienza al final.

Nuestra salida fue súbita. Debido a Corona se llamaron de vuelta a todas/os las/los empleadas/os de Papua Nueva Guinea en la primera mitad del 2020. Fue un trago muy amargo que tomar, porque – al contrario que en otras organizaciones – ninguna/o de nosotras/os iba a volver. Se puso fin al programa entero. Éramos las/los ultímas/os. Las/los últimas/os ATs después de más de 60 años de colaboración entre HORIZONT3000 y Papua Nueva Guinea. Eso sí que es algo. Aún más así considerando que en zonas alejadas de la Provincia Occidental, las personas tuvieron contacto por primera vez con el mundo de afuera en los años 1960. Así que nos podemos poner de acuerdo que hablamos de una relación larga y especial. Cómo se termina algo así? Yo, por lo menos, no sé.

De un punto de vista distante uno podría argumentar: 60 años? Pues ya era hora de marcharse. Puede que esto no sea totalmente equivocado, dado que volverse redundante es – de hecho – el objetivo de la cooperación al desarrollo. Personalmente, en mi propio proyecto, el final inminente me llevó a enfocarme más en las cosas esenciales, las que parecían posibles llevar a cabo dentro del poco tiempo que quedaba, o a las que por lo menos había que dar un impulso. No, no estamos hablando de una gestión de proyecto sostenible, ya lo sé. Pero poníamos nuestra fe en tiros rápidos esperando que resultarán en un acierto casual. Justo como en este tren ahora, el tiempo pasaba y por eso decidí hacer lo que podía – el final ya a la vista.

Si hay una cosa que les deseo a las personas en Papua es tiempo. Tiempo para encontrar sus propias respuestas a todos los nuevos desarrollos que les sobrevienen a una velocidad exorbitante. Desarrollos que cambian mucho. La comunicación, la vida comunal, el entero estilo de vida. Sí, las cosas aquí también cambian – las redes sociales y los teléfonos móviles han marcado nuestra comunicación en los años recientes. Por este motivo doy otro ejemplo para explicar lo que significa “cambios a una velocidad exorbitante” en Papua Nueva Guinea:

Cuando mi pareja preguntó a su colega de 50 años sobre la profesión de su padre, el contestó “Era guerrero.” Su padre era un guerrero tradicional. Lo llaman “primer contacto”, lo que se refiere a la generación de los pueblos que por primera vez tuvo contacto con personas de afuera. Hoy, el hijo de este guerrero trabaja con programas DAS (diseño asestido por computadora) en un ordenador, tiene teléfono inteligente y maneja un carro. La adaptabilidad de las personas es alucinante. La brecha entre los dos mundos, en los que crecieron las personas de una generación a la otra, abarca algo intimidante también. Su estilo de vida se ha convertido en algo “diferente”, lo cual puede tener un efecto desarraigo, sobre todo para personas jóvenes, y les deja sin ninguna idea clara de su identidad.

No fue hace mucho que me encontré con un manual desactualizado. Era del año 2000 y se creó para capacitar a profesoras/es en la contabilidad básica. La primera página del manual muestra un billete y una bolsa de arroz. Debajo dice “El dinero es algo de valor que se puede intercambiar por otra cosa.” En algunas regiones del país los mercados son un desarrollo nuevo y solamente han existido por algunos años. El 80 por ciento de la población son campesinas/os autosuficientes. Como yo lo percibí, las pesonas se adhieren bastante a sus tradiciones. La “vieja” manera de vivir, la “vida del pueblo” es presente y cercana. Durante las vacaciones o feriados la mayoria de las personas vuelven de las ciudades a sus pueblos. Algunas aprecian el simple estilo de vida y ni lo ven como retrógrado ni como si tuviera que cambiar del todo.

Algunas cosas son tan buenas en Papua Nueva Guinea, y no estoy hablando de las frutas tropicales deliciosas que se encuentran a diario en el mercado. Estoy hablando de condiciones básicas sociales. Alguien me contó que Papua Nueva Guinea no tiene ningunas personas sin techo, porque todo el mundo es propietario/a. El 95 por ciento del país pertenece a la población indígena o a comunidades de pueblos. Se le dice “terreno consuetudinario”. Hay voces que dicen que está limitando el desarrollo económico del país, porque los proyectos grandes de infraestructura siempre requieren la aprobación de las/los propietarias/os afectadas/os. A ellas/os les gusta establecer sus propias condiciones (en la mayoria de los casos de naturaleza monetaria), o simplemente impiden los proyectos totalmente. Siempre hay largas negociaciones, dado que el terreno no pertenece a una sola persona, sino a toda una comunidad que tiene que ponerse de acuerdo. No es fácil para nada.

La población indígena está equipada con un factor de poder fuerte: tiene su propiedad. Creo que este hecho viene acompañado de la posibilidad de hacer las cosas de manera diferente en Papua Nueva Guinea. Las personas tienen una connexión profunda con su país. Sin importar el lugar en el que fallece una persona, siempre se entierran en “Papa Graun”, lo que significa en su propia tierra. He visto más de un ataúd que se bajó de uno de los aviones pequeños que aterrizan de manera regular en Kiunga. Los altos costos de transporte los tienen que cubrir los miembros de la familia y la comunidad. La muerte en Papua Nueva Guinea es frecuente y rápida. El hecho de que las comunidades asumen estos gastos enormes, destaca el significado de su propia tierra y propiedad. Representa la subsistencia de la mayoria de las personas, que es parte de la razón por la que sienten una connexión tan profunda.

Los efectos desastrosos de varios proyectos de extracción de materia prima en esta zona están relacionados a este tema. Por ejemplo la deforestación o, como podíamos observar nosotras/os muy de cerca, la minería de cobre y oro en la Mina OK-Tedi, situada a 175 kilómetros de nuestro sitio de asesoría en Kiunga. Los contaminantes y sedimentos arrojados en el río cercano inundan las palmeras de sagú y matan los peces.

En una conversación que tuve con una de las personas que viven ahí, describió la situación en resumidas cuentas: “en tiempos pasados vivíamos de pescado y saksak (harina de sagú), ahora tenemos que ganarnos la vida para poder comprar atún y arroz.” Las comunidades que viven en zonas definidas cercanas a la mina reciben pagos de compensación. El OTDF (Fondo de Desarrollo OK-Tedi) apoya proyectos por ejemplo de educación y salud y reparte fondos directamente a las comunidades de los pueblos. El dinero fácil cambia a la gente. Hay madres y padres que ya no inscriben a sus hijas e hijos en escuelas, puesto que los pagos de compensación llegan de manera regular de todos modos – la educación ya no parece relevante. El alcoholismo y la addición al juego ganan terreno. Por eso es muy débil la resistencia contra las consecuencias terribles de la mineria de recursos.

En Madang en la costa tuvimos la oportunidad de conocer el Bismarck-Ramu-Group, una ONG local que promociona la protección del medio ambiente en el país. Principalmente sensibilizan las comunidades, arrojan luz sobre los derechos de tierras y crean conciencia de las consecuencias a largo plazo que pueden resultar de la explotación de la naturaleza. El aspecto crucial es, según respresentantes de la ONG, que el terreno permanece en manos de la comunidad. Para obtener acceso fácil al terreno o al uso de derechos, las empresas intentan instar las comunidades para que definan un/a solo/a representante, quien puede firmar contratos por parte de la comunidad entera. Es más fácil ganarse una sola persona para un proyecto que todo un grupo de personas, sobre todo con los beneficios correspondientes que se les ofrecen a los/las representantes.

La organización Bismarck-Ramu ha tenido éxito en muchos casos parando proyectos que hubieran tenido consecuencias desastrosas. No obstante la lucha no ha terminado. Y eso es el punto que me lleva otra vez al potencial que veo: Por ahora, las personas todavía tienen el control sobre la mayoria del terreno y por ende sobre su futuro y sus hijas e hijos también. “Lukautim graun bilong yu” dice uno de los lemas de Bismarck-Ramu-Group en Tok Pisin, lo que quiere decir „cuida tu propiedad y terreno.“

Será que Papua Nueva Guinea puede responder a esta nueva era con sus propias respuestas? Sin isolarse, sino eligiendo sus propios caminos valientes? Espero que sí.

Anuncio „Viena, Meidling“ – tengo que bajarme. El tiempo pasó rápidamente – en el tren y en Papua Nueva Guinea. Estoy muy agradecida de haber tenido la oportunidad de conocer a este país magnífico. La era de HORIZONT3000 y consecuentemente de la cooperación al desarrollo austríaca ha llegado a un fin en Papua Nueva Guinea. Algunas/os Asesoras/es Técnicas/os más o menos no tendrán un impacto tan fuerte en un país tan grande como Papua con todos sus retos diversos. Afortunadamente otras organizaciones internacionales se quedaron en el país, a pesar de Corona.

Las diferentes partes del mundo se están acercando cada vez más. Sin embargo, me atrevo decir que nadie puede ni empezar a entender Papua Nueva Guinea en toda su variedad y con todas sus diferencias sin haber estado allá. Tal vez es lo que me pone triste: La oportunidad perdida para Austria de mantener el contacto directo con el país y las personas. Después de todo este tiempo, por qué tirar la toalla y marcharse?

Mis colegas de Papua Nueva Guinea no entiendieron esta decisión. Ellas y ellos, sin embargo, me agradecieron por el apoyo y la amistad por todos estos años como si yo fuera la representante oficial de todas las y todos los austríacas/os. Con estas palabras quisiera hacerles llegar las gracias.

Regine Gaber

Regine Gaber

Regine Gaber ist diplomierte Sozialpädagogin und studierte Social Management an der Donauuniversität Krems. In ihrer langjährigen Tätigkeit in sozialen Einrichtungen zeigte sie sich für die Konzeption und Umsetzung neuer, innovativer Projekte im Bereich der Behinderten- und Obdachlosenhilfe verantwortlich. Nach ihrem Einsatz in PNG ist sie nun in Kenia taetig und unterstuetzt die Organisation Awareness Against Human Trafficking beim Aufbau eines Shelters fuer Opfer von Menschenhandel.

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Kristina Kroyer
3 years ago

Liebe Regina, toller Artikel, danke für den Einblick und deine Gedanken!

Lilo Massing
Lilo Massing
3 years ago

Liebe Regine, vielen Dank für diesen Artikel; Deine gelungene und sehr ausgewogene Darstellung der Situation in Kiunga, stellvertretend für viele Regionen in Papua Neu-Guinea.
Alles Gute für Deine weitere Mitarbeit bei HORIZONT3000, schön dass Du weiterhin dabei bist!

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