Haga Que Sus Experiencias Cuenten. Pueden cambiar el mundo.
JUNTEMOS TODOS NUESTROS CONOCIMIENTOS Y EXPERIENCIAS.
JUNTOS SABEMOS MÁS. JUNTOS LOGRAMOS MÁS. JUNTOS PARA UN MUNDO MEJOR.
JUNTEMOS TODOS NUESTROS CONOCIMIENTOS Y EXPERIENCIAS.
JUNTOS SABEMOS MÁS. JUNTOS LOGRAMOS MÁS. JUNTOS PARA UN MUNDO MEJOR.
Publicado: 24 de agosto del 2022
¿Cómo se puede obtener fácilmente agua potable cuando los pozos están contaminados con demasiado flúor y sal mineral? Durante muchos años, esta era una pregunta apremiante para las comunidades de la región de Fatick, situada en la zona del Sahel del oeste de Senegal. Se encontró una solución en forma de los llamados sistemas de cosecha de agua de lluvia (‘Rainwater Harvesting’). Una gran ventaja de este sistema en comparación con los pozos es que no se depende de la calidad del agua subterránea. En su lugar, se depende de la recogida de agua de lluvia y del uso de sistemas de filtrado sencillos para obtener agua purificada y saludable.
Financiado por LED (Liechtensteinischer Entwicklungsdienst) y WHG (Welthaus Graz) y bajo la dirección de la diócesis Caritas-Kaolack y HORIZONT3000, en 2017 se inició un proyecto de cuatro años de duración para implantar sistemas de cosecha de agua de lluvia en diez pueblos de la región. El proyecto se dividió en dos fases: La primera se refería a la construcción de tanques, cisternas y filtros adjuntos. También incluía la creación de “huertos escolares” con el fin de utilizar el agua limpia para la agricultura ecológica. Una gestión sostenible de las aguas pluviales no sólo debe contribuir a la salud de los alumnos, sino también a transformar los terrenos de las escuelas, a menudo áridos, en lugares pedagógicos que proporcionen alimentos sanos y sombra.
La segunda fase se centró no tanto en la construcción de infraestructuras como en la labor de capacitación y sensibilización. El objetivo de esta fase de consolidación era que las propias comunidades se hicieran cargo de todas las actividades, especialmente los comités de gestión creados en los diez pueblos. Al fin y al cabo, una gestión sostenible de las aguas pluviales es una preocupación colectiva de todos los habitantes.
En 2022 este proyecto ha llegado a su fin. Es hora de echar la vista atrás. Hablamos con el técnico senegalés Boucar Diouf sobre sus sentimientos acerca de este proyecto de larga duración, sus impactos duraderos y sus perspectivas de futuro.
¿Cuál fue su papel en el proyecto?
Me encargué de establecer una planificación técnica y de supervisar la ejecución de las actividades, así como las limitaciones presupuestarias. También elaboré informes técnicos y evalué el proyecto.
¿Cuáles fueron las reacciones al final del proyecto?
Aunque la segunda fase del proyecto se llevó a cabo en un contexto muy difícil por la situación de Covid-19, fue un éxito. Las comunidades en general reconocen ahora la importancia de los sistemas de cosecha de agua de lluvia y todos los beneficios que conllevan. Por supuesto, hay un poco de incertidumbre ahora que el proyecto ha terminado. A todo el mundo le gustaría ampliar esta experiencia. Sin duda, la cosecha de agua se ha establecido como una buena alternativa a otras fuentes de agua en esta zona.
¿Ha vivido algún momento especialmente conmovedor o quizás frustrante durante el proyecto que le gustaría compartir con nosotros?
Observé dos momentos muy contrastantes en relación con la participación de los beneficiarios. El primero fue una iniciativa inesperada del pueblo de Boustane Diaw. Durante el intenso periodo de la pandemia, cuando las visitas allí eran casi imposibles, renovaron el sistema de drenaje sin nuestra intervención. ¡Así que ellos mismos identificaron las reparaciones necesarias y tomaron el asunto en sus manos!
En cambio, el otro momento fue bastante triste. Durante una visita a Soumbel Keur Latyr encontramos un tanque vaciado de agua porque la bomba había sido accionada por un desconocido.
En fin, no se puede tener el control de todo en todo momento, para bien o para mal. Lo que demuestran estos momentos es que la sostenibilidad y la gestión autónoma de los sistemas de cosecha de agua dependen de una buena dinámica organizativa en la comunidad.
¿Qué impactos se han notado fuera de los beneficios de la salud? ¿Han notado alguna conciencia ecológica o el fortalecimiento de la solidaridad y la capacidad organizativa?
Las escuelas, por ejemplo, fueron un ámbito en el que los sistemas de cosecha de agua se conectaron con toda una serie de actividades. Con la disponibilidad de buena agua, se hicieron posibles los huertos escolares orgánicos. Los alumnos pueden ahora cultivar sus propias verduras, árboles frutales y hierbas dentro del recinto escolar y contribuir a una gestión sostenible del medio ambiente. Pero no sólo los alumnos están implicados. Toda la comunidad participa en esta agricultura ecológica, reforzando la conciencia de las comunidades sobre los perjuicios de la agricultura convencional. Una cosa es segura: estos huertos escolares como apoyo pedagógico a nivel escolar es un enfoque que debe difundirse a mayor escala.
En los últimos años, ¿pensó alguna vez que el proyecto iba a fracasar?
No, siempre pensé que el proyecto tendría éxito, sobre todo después de la primera fase, cuando nos dedicamos a la continuación y consolidación de los logros alcanzados.
¿Cuáles son las perspectivas después de este proyecto? ¿Habrá otra fase financiada por otros donantes? ¿Cuál es el siguiente paso de la Cáritas en este ámbito?
Definitivamente, es necesaria otra fase del proyecto con sitios de intervención más amplios. Por eso ya estamos elaborando una nueva solicitud de extensión del proyecto. No sólo debería ocuparse de la cosecha de agua en sí, sino también integrar con más fuerza otros aspectos relacionados con ella, como la seguridad alimentaria y la iniciativa empresarial rural.
A este respecto, la dirección de la Cáritas ha intentado ponerse en contacto con el proyecto de la FAO que se está llevando a cabo en esta zona, pero todavía no hay respuesta positiva. Entretanto, Cáritas Kaolack sigue trabajando en la zona en el marco de otro proyecto para reforzar la seguridad alimentaria, centrado en la agroecología. En cualquier caso, seguimos confiando. Por el momento, algunas autoridades locales ya se han comprometido a apoyar la financiación de los sistemas de cosecha de agua en su búsqueda de socios.