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Publicado: 8 de junio, 2020
Desde el comienzo de la Crisis de la Corona, ciertamente ha cambiado mucho. El objetivo de este artículo es observar las realidades de las rutinas de trabajo diarias de nuestra/os AT y las implicaciones para la gestión del conocimiento. Dado que los procesos de digitalización no se pueden olvidar cuando se habla de transferencia de conocimiento, también es importante mencionar que el acceso a la tecnología, las redes y la educación son una condición previa para los intercambios funcionales en la era digital.
La pregunta que hicimos fue, ¿cómo ha cambiado el trabajo de los AT en América Central debido a las restricciones de viaje y la resultante “oficina en casa”? ¿Surgieron nuevas herramientas digitales, cómo se usan y perciben? Para tener una mejor idea sobre los entornos de trabajo de las/los AT en estos tiempos, realicé una pequeña encuesta entre mis colegas en América Central y me gustaría compartir los resultados aquí.
¡Gracias a todas/os las/los colegas de America Central por su participación!
La respuesta común a esta pregunta fue que, por supuesto, esta situación especial cambia la situación laboral. Sin embargo dependiendo del campo de trabajo o área de especialización de cada AT, la respuesta varia ligeramente. El intercambio y la cooperación con las/los colegas y las contrapartes de las Organizaciones Socias siempre ha sido y – aun con estas condiciones especiales – sigue siendo una parte importante en el trabajo de las/los AT. La diferencia principal es la falta de intercambio directo (talleres, reuniones, capacitaciones), la dependencia de la disponibilidad de soluciones técnicas y una buena conexión a Internet (de todas/os las/los actoras/es involucradas/os), la ambivalencia de la plenitud y pérdida de información y el estrés psicológico causado por la crisis actual. Las actividades planificadas no se pueden realizar, las/los beneficiarias/os están fuera de alcance, los temas delicados no se pueden discutir tan cómodo a través de plataformas en línea y más. Surgen costos adicionales como resultado del intercambio extendido en línea, donde se utilizan muchos más datos de lo normal.
Obviamente, trabajar desde casa voluntariamente durante un tiempo autodefinido no es lo mismo que ser forzado a quedarse en casa. El cuidado personal para el cuerpo y la mente es crítico pero difícil de realizar si la libertad está restringida y trabajar en línea puede conducir a una cierta ‘fatiga del zoom’. Las horas privadas y de trabajo se fusionan y la productividad puede verse afectada por diversas distracciones. No obstante en casi todo se puede econtrar algo positivo: puede que ahora haya más tiempo para la planificación estratégica, la presentación de informes y la evaluación.
Para la comunicación uno a uno, no ha cambiado mucho: el correo electrónico, el teléfono y WhatsApp (así como Signal, Skype, Telegram, Messenger) siempre parecen ser la primera opción para las/los ATs si se quieren conectar con sus redes. Especialmente, si solo es posible una conexión móvil, WhatsApp es el canal favorito para llamadas y mensajes de texto. El uso compartido de pantalla y las plataformas de conferencia en línea se utilizan ampliamente durante el bloqueo. Para las llamadas grupales Skype, WhatsApp y Zoom son las herramientas más utilizadas, lo que no significa que sean las favoritas. Como Zoom ha sido muy criticado por su falta de protección de la privacidad, ha perdido la confianza para las llamadas en conferencia, donde se discuten temas delicados (es decir, defensa de los derechos humanos). Además, ocurrieron “ataques” sexistas y pornográficos durante llamadas (zoom-bombing). Otras aplicaciones mencionadas fueron Nextcloud-Talk, Bluejeans (servicios pagados), Jitsimeet (código abierto). Google abrió Google-Meet (que anteriormente estaba limitado solo a usuarias/os de GSuite) al público y hasta finales de septiembre las/los propietarias/os de una cuenta de Google pueden usar la aplicación de conferencia sin límite de tiempo. La ventaja es la usabilidad y accesibilidad, especialmente porque las cuentas de Google se usan ampliamente en América Central. La desventaja es la dependencia de esta gran empresa.
Lo común es que una/o puede perderse un poco en el bosque de todas estas ofertas y plataformas y, a veces, puede ser difícil encontrar una plataforma adecuada para ciertas llamadas. El tema del acceso y la disponibilidad nuevamente es relevante ya que las mejores plataformas no son gratuitas, ni lo son los datos/ancho de banda que se utilizan para las llamadas.
Se brindan muchas conferencias virtuales, capacitaciones, debates, charlas, etc. sobre varios temas y algunos de ellos incluso son independientes del tiempo accesible (es decir, grabaciones en Facebook o YouTube). Desafortunadamente, no hay una sola fuente que las representa; por lo contrario, estos eventos se comparten en varios grupos de WhatsApp, boletines, páginas de Facebook, etc. entonces hay que mencionar cierto peligro del exceso de información y de un personal abrumado.
El deporte y el cuidado personal, el aire fresco, el movimiento, la relajación, el baile y una determinada estructura del día pueden ayudar a hacer frente a la situación. Las fuentes de noticias válidas y el conocimiento de la confiabilidad también son importantes. Especialmente en Nicaragua parece difícil obtener información confiable sobre la situación de la pandemia. Por lo tanto, se requieren ciertas habilidades en la interpretación de diferentes fuentes (gubernamentales y no gubernamentales, es decir, El Confidencial, El 19, artículo 66, despacho 505). Otras fuentes, como el Coronabarómetro Internacional y el podcast NDR con el virólogo Dr. Christian Drosten fueron recomendadas.
Las relaciones con colegas en las Organizaciones Socias parecen ser muy importantes. Compartir sentimientos y emociones, escucharse y ayudarse mutuamente, el humor, la comprensión mutua y la solidaridad son más importantes que nunca y este parece ser el mejor recurso.
Una vez que se establecen estas herramientas digitales, uno podría pensar que en términos de (costo) eficiencia, muchas actividades presenciales podrían realizarse en línea en el futuro. Por ejemplo, se podría evitar viajar a eventos, la organización e incluso la documentación sería más fácil y, por lo tanto, los proyectos podrían usar sus recursos para diferentes actividades. La pregunta es, si la situación actual impulsa cambios sostenibles en los entornos de trabajo en el futuro.
Esto es difícil de predecir, pero sabemos que los seres humanos necesitamos un intercambio personal y que el conocimiento no solo se transmite virtualmente. Una Comunidad de Práctica necesita la teoría, así como la práctica, las redes y las amistades quizás no se puedan construir en línea.
¿Qué piensas, cómo cambiará el Programa de Asesoría Técnica?