Publicado: 28 de diciembre de 2023

Al participar en el Proyecto de Diálogo de Políticas en el África Oriental, las organizaciones de la sociedad civil de Kenia, Tanzania y Uganda refuerzan su capacidad para participar eficazmente en los procesos políticos. De este modo, contribuyen a la formulación y aplicación de políticas al servicio de una sociedad equitativa, justa y responsable. 

Este año el proyecto Diálogo de Políticas, África Oriental ha entrado en su segunda fase. Aunque la gestión del conocimiento ya desempeñó un papel importante en el periodo anterior, el proyecto se esfuerza ahora por seguir un enfoque más integrado que se refleja en un plan de gestión del conocimiento. La capacitación sobre el enfoque basado en los derechos humanos, que reunió a 16 organizaciones socias, ofreció la ocasión perfecta para debatir dicho plan. 

Para que este plan fuera fácil y aplicable, el equipo del Diálogo de Políticas decidió establecerlo según el ciclo de gestión del conocimiento. El ciclo simplifica la gestión del conocimiento desglosándola en los seis procesos básicos de identificar, adquirir, desarrollar, compartir, aplicar y conservar el conocimiento. Los ‘objetivos del conocimiento’ proporcionan al ciclo un marco y la evaluación continua permite incorporar la retroalimentación.   

En su conjunto, el ciclo nos enseña varias lecciones valiosas que hay que comprender para implantar la gestión del conocimiento: Gracias a su forma, ilustra que la gestión del conocimiento es un esfuerzo continuo, que nunca puede darse por concluido. Esto es así porque el mundo que nos rodea, que constituye el contexto de nuestro trabajo, cambia constantemente. Así, los conocimientos que utilizamos hoy pueden estar obsoletos dentro de unas semanas. Por supuesto, no tenemos que reinventar la rueda todo el tiempo, sino adaptarla a las circunstancias dadas. Observar los procesos centrales del ciclo nos ayuda a darnos cuenta de que la gestión del conocimiento no es nada que debamos hacer por añadidura, sino algo que ya forma parte integrante de nuestro trabajo.  

En nuestra vida profesional adquirimos constantemente nuevos conocimientos y es imposible pensar en una oficina en la que no se compartan y conserven. Cada actividad de gestión del conocimiento tiene un propósito que en parte se deriva de la interconexión con otras: Celebramos una capacitación para aprender de ella, pero la capacitación sólo sirve plenamente a su propósito cuando también se ponen en práctica los conocimientos adquiridos. Por último, el alcance de los procesos básicos indica que la gestión del conocimiento no es algo de lo que pueda ocuparse un/a único gestor/a del conocimiento, sino que, por el contrario, es una tarea común que requiere el compromiso de cada quien.   

Sin embargo, también hay ciertos aspectos que debemos tener en cuenta al trabajar con el ciclo de gestión del conocimiento. En primer lugar, las etapas del ciclo no tienen por qué estar alineadas de esta manera. Por ejemplo, podemos aplicar los conocimientos antes de compartirlos o podemos guardar los conocimientos que acabamos de adquirir. En segundo lugar, algunas actividades y herramientas de gestión del conocimiento pueden utilizarse en el marco de distintos procesos básicos, ya que sirven para múltiples propósitos. El Manual de Diálogo de Políticas (íngles), por ejemplo, sirve tanto para conservar conocimientos como para que las nuevas organizaciones socias los adquieran.    

Consciente de lo dicho, el equipo del Diálogo de Políticas elaboró un plan que asigna las actividades y herramientas previstas en el proyecto a los procesos centrales del ciclo de gestión del conocimiento. Para garantizar la viabilidad práctica del plan, el equipo anotó además la frecuencia y la próxima ejecución de cada actividad y pasó a dividir cada actividad en varias tareas específicas que se asignaron a las distintas personas implicadas.   

Durante la capacitación se dedicó una sesión entera a debatir y trabajar sobre el borrador del plan. La sesión comenzó con un breve ejercicio de lluvia de ideas sobre la gestión del conocimiento. Para asegurarse de que se entendía el plan y sus antecedentes, se introdujo el ciclo de gestión del conocimiento antes de presentar el borrador. A continuación, la mayor parte de la sesión consistió en un ejercicio de grupo durante el cual cada grupo se dedicó a un proceso central y a sus respectivas actividades. Se les pidió que pensaran en lo que necesitan para cumplir las tareas específicas de las que son responsables y en otras actividades que podrían añadirse en caso de que las actividades previstas no fueran suficientes. Además, el ejercicio de grupo animó a reflexionar sobre las actividades de gestión del conocimiento que se llevan a cabo en las organizaciones.  

El ejercicio estimuló vivos debates y aportó resultados que ahora se están integrando en el plan. Los participantes enriquecieron las tareas específicas con más detalles y sugirieron temas para nuevas capacitaciones y tutorías, como el uso de la tecnología o la integración de las cuestiones de género en el diálogo político. Propusieron que algunas actividades se ejecutaran con más frecuencia y dejaron claro que ciertas actividades requieren un presupuesto y un tiempo adecuados. Por otra parte, afirmaron que no sólo quieren que se les proporcionen directrices precisas, sino también objetivos concretos de las tareas a realizar. Además, explicaron cómo podrían mejorarse los procesos de gestión del conocimiento en sus propias organizaciones.