Publicado: 30 de septiembre, 2021

Bienvenidas y bienvenidos a la tercera ronda de nuestra serie de entrevistas sobre los informes del programa 2020. Esta vez, hemos invitado a nuestra colega Kristina Kroyer, coordinadora del programa de Centroamérica, a compartir con nosotras/os sus opiniones sobre el proceso, los aspectos más destacados, las lecciones aprendidas y las sorpresas que hubo. Siga leyendo y descubra lo que ha movido a nuestras organizaciones socios en Centroamérica en 2020.

Kristina, ¿cómo describirías el proceso del informe en general?

Desde el año pasado coordino el programa en Centroamérica aquí en Viena, por lo que para mi fue la primera vez que preparé el informe regional del Programa Marco de la ADA. Antes de eso, ya había consolidado diferentes contribuciones – resultados, lecciones aprendidas, retos, etc. – de diferentes países y organizaciones socias en los informes de KNOW-HOW3000 y Diálogo Político.

Pero resumir la multitud de iniciativas del Programa Marco ADA en Centroamérica  – 6 en Guatemala, 5 en El Salvador y 3 en Nicaragua – divididas temáticamente en nuestros 2 sectores Derechos Humanos-Sociedad Civil y Desarrollo Rural-Manejo de Recursos Naturales – y tratar a cada una de las organizaciones socias y sus éxitos así como sus dificultades con la misma profundidad en un año excepcional como lo fue el 2020 – eso sí que fue un reto. Afortunadamente, pude aprovechar el buen trabajo preparatorio de mi predecesor y fue un gran comienzo para conocer las iniciativas en detalle.

¿Se ha llevado alguna sorpresa este año? ¿Ha encontrado algún resultado inesperado?

A pesar de que Corona, las catástrofes naturales y los acontecimientos políticos limitaron la libertad de actuación de la sociedad civil en los 3 países centroamericanos en los que trabajamos, en 2020 se consiguieron logros considerables: A finales de 2020, nuestras organizaciones socias han trabajado con aproximadamente 1.500 familias para promover la seguridad alimentaria y los ingresos a través de la producción agroecológica, y con más de 6.000 personas (2/3 mujeres) para fortalecer y ejercer sus derechos. Han instalado más de 400 sistemas de agua y han registrado y acompañado más de 1.600 casos de violencia de género. Dadas las difíciles circunstancias, son éxitos notables que debemos compartir y comunicar ampliamente. Además, muchas organizaciones socias llevaron a cabo campañas de concienciación sobre la prevención de COVID-19 con sus grupos y comunidades meta de forma adicional a las actividades planificadas.

Desde mi punto de vista, hubo un desarrollo inesperado pero muy positivo en el ámbito de la gestión del conocimiento – KH3000: las Comunidades de Práctica se han acercado entre sí y han aumentado sus actividades al pasar de las reuniones presenciales anuales a reuniones en línea más regulares. Esto se debe al compromiso de los equipos de proyecto de las organizaciones socias, pero también al buen apoyo por una asesora técnica de HORIZONT3000 y, por supuesto, por las oficiales de proyecto, que están en contacto permanente con las organizaciones socias. En cuanto al tema de género, se inició un importante proceso de aprendizaje en el que participó toda la comunidad de socios, facilitado por una organización salvadoreña, lo que fue posible gracias a un cambio bastante rápido a las nuevas tecnologías y los métodos virtuales.

Lo que 2020 demostró, entre otras cosas, fue lo importante que son el trabajo y las relaciones a largo plazo de nuestras organizaciones socias con las comunidades y grupos destinatarios, especialmente en tiempos de crisis y cuando se trata de prepararse para ellas. Las familias que se fortalecieron en años anteriores en la producción autónoma de alimentos pudieron afrontar mejor la crisis y la escasez de suministros. Los espacios de empoderamiento creados para los grupos vulnerables -como las y los jóvenes y las mujeres- también ayudaron a las comunidades a afrontar la crisis de forma social, emocional y económicamente fortalecida, así como a defender sus derechos incluso en tiempos de crisis y medidas restrictivas.

Redactar informes puede resultar a veces tedioso, tanto para las organizaciones ejecutoras como para nosotras/os, pero al mismo tiempo es importante y significativo hacer una pausa periódica, echar la vista atrás, documentar sistemáticamente lo que se ha conseguido y dónde enfrentamos dificultades, no sólo para rendir cuentas a las instituciones donantes, sino sobre todo a nostros/as mismos/as y a los grupos destinatarios. Deberíamos empezar a difundir más ampliamente los éxitos de nuestro trabajo, porque están ocurriendo muchas cosas y los cambios iniciados por el trabajo de nuestras organizaciones socias son importantes y eficaces: a nivel individual, comunitario y social.

En el Programa Marco de Intervención en Centroamérica cofinanciado por la ADA participan las siguientes organizaciones: en Guatemala: CCDA, MIRIAM, UDEFEGUA, Pastoral Social Quiché, UAM, Colectivo No’j; en El Salvador: FUNDESYRAM, FCS, FSM, ADES, CMDL; en Nicaragua: FEM, Nora Astorga, FADCANIC. Los proyectos se apoyan en las contribuciones de las siguientes organizaciones miembro: Dreikönigsaktion, Katholische Frauenbewegung, Bruder und Schwester in Not Innbruck, Welthaus Graz y Sei so frei Linz.